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Voy a transmitir un hadiz proveniente de Sheij Saduq. Todos los que de él lo han transmitido hasta llegar a nosotros son grandes maestros cuyo testimonio es absolutamente digno de crédito (ziqa), por lo tanto, si eres de la gente de fe, debes creer en él.
Transmitió Al-Saduq, que lo recogió del Señor de los sinceros, sobre él la paz, que dijo:
“Estaba un día el Mensajero de Dios sentado, cuando vino a él Gabriel, sobre él la paz, con una expresión de preocupación y el rostro demudado y el Mensajero de Dios le dijo:
- ¡Oh Gabriel!. ¿Qué es eso que veo que te preocupa?. Él dijo: -¡Oh Muhammad!. ¿Cómo podría no estar así después de haber visto cómo hoy se establecían las burbujas del Infierno?.
El Mensajero de Dios dijo: - ¡Oh Gabriel!. ¿Qué son las burbujas del Infierno?.
Y él dijo: - En verdad, Dios Altísimo ordenó al fuego que ardiese durante mil años, hasta que se puso al rojo vivo. Luego le ordenó que ardiese otros mil años, hasta que se puso blanco. Luego le ordenó que ardiese otros mil años, hasta que se puso negro. Y ahora es negro y oscuro. Y si un solo eslabón de la cadena que cierra su entrada, cuya altura es de setenta codos, cayese en la Tierra, la fundiría totalmente con su calor. Y si una sola gota del Zaqum y el Darig cayese sobre las reservas de agua de la gente de este mundo, todos morirían debido a su hedor”.
Y dijo: Entonces el Mensajero de Dios lloró y también lloró Gabriel, así que Dios Altísimo envió para ellos un ángel que les dijo: ‘Vuestro Señor os envía saludos y dice: En verdad, os he librado a ambos de cometer pecados y por tanto de castigaros por ello’”. ¡Oh mi amigo!, existen muchos hadices como este.
La existencia del Infierno y sus dolorosos castigos son creencias establecidas de todas las religiones y las pruebas de ello son evidentes. Los gnósticos y los señores de los corazones han podido contemplar ejemplos de ello en este mismo mundo. Reflexiona atentamente en el contenido de este hadiz terrible. Si consideras la posibilidad de que sea cierto ¿No debería eso hacerte sentir como un loco divagando sin sentido ni dirección por el desierto?.
¿Qué nos ha sucedido para que nos encontremos hasta tal punto sumergidos en el sueño del descuido y la ignorancia?. ¿Acaso también para nosotros, como para el Mensajero de Dios y para Gabriel, ha descendido un ángel para anunciarnos que estamos a salvo del castigo divino?. Incluso así, el Mensajero de Dios y los santos no se libraban de temer a Dios hasta el fin de sus días y el sueño y el apetito se apartaba de ellos.
Los santos de Dios llegaban al síncope de temor de Dios. Los lamentos, las súplicas y las confesiones espirituales de ‘Ali ibn Al-Husein, sobre él la paz, que era uno de los Imames Purificados, rompen el corazón. ¿Qué nos pasa que no mostramos ninguna modestia ante la presencia divina y que nos comportamos con tanta falta de respeto ante la santidad y sacralidad divina?.
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