Allah,
Altísimo sea, Dispuso que dentro de la naturaleza del ser humano
existiera el descuido, el olvido y la desobediencia; además, Hizo que la
fe disminuyera o se incrementara, dependiendo de las obras de bien o de
mal que hiciera (no se debe entender de lo anterior que el hombre tiene
una predisposición natural hacia el mal, porque de la misma manera en
que estas características forman parte de él, también la bondad, la
voluntad y el arrepentimiento están programadas en su ser). Su Gracia es
infinita, por lo que Estableció que hubieran temporadas en el año que
le permitieran a Su amada creación, el ser humano, arrepentirse por su
descuido, olvido y desobediencia, para que de esta manera encuentre la
guía que le dé felicidad en esta y la Otra Vida.
Una
de las más grandes ocasiones con las que Allah Bendice a Sus siervos
es el mes de Ramadán. Este mes tiene una gran relevancia en el cambio de
actitud de las personas, la cual le permite encaminarse en la vía del
arrepentimiento por todo lo malo que haya podido hacer en los otros
meses, representando esta acción un medio con el que el musulmán se
prepara para el Día en el que se encontrará ante su Señor rindiendo
cuentas de sus actos.
Una vez más, Al Hamdu
lil-lah (alabado sea Allah, gracias a Allah) nos encontramos
disfrutando de las bendiciones de este maravilloso mes. Ha llegado
Ramadán para reeducar a la Ummah Islámica, purificarla de los pecados,
vivificar y refrescar su fe, ayudarle a incrementar su paciencia, para
que pueda soportar con dignidad todos los infortunios que se le
presenten en esta vida.
Cómo
no ha de ser así, si Ramadán es un mes en el que el siervo se entrena
para fortalecer su voluntad, adquiriendo la fortaleza suficiente para
detenerse en los límites establecidos por Allah y para rendirse ante la
voluntad omnisapiente de su Creador, y de esta manera cumplir todo lo
que Él Ha Decretado que haga el ser humano en cada aspecto y asunto de
su vida; y además, dejar de lado todo lo que Ha Prohibido y que, por
supuesto, es dañino para su fe, y su salud física y mental. Esta escuela
llamada Ramadán lo lleva por el camino de la Taqwa (temor reverencial de Allah).
Ramadán
y el ambiente que hay en él es una gran oportunidad que Al-lah,
Altísimo sea, nos Da cada año, para renovar por completo nuestro ser y
borrar de él todo lo negativo en medio de este aire espiritual.
Así que
quien, por ejemplo, haya dejado de cumplir con las oraciones prescritas o
se hubiera acostumbrado a retrasar el tiempo de realizarlas o
acostumbraba no hacerlas en grupo en la mezquita, debe aprovechar este
ambiente espiritual que le rodea para reflexionar sobre el estado en el
que se encuentra y la vida que lleva antes de que sea demasiado tarde;
pues si hoy tiene salud, mañana podría estar enfermo; si se encuentra
disfrutando de sus años de juventud y vitalidad, en unos cuantos años le
llegará la vejez y la debilidad, y al final, lo único seguro que
tenemos es la muerte, la resurrección y el Juicio. Pero lastimosamente,
son muy pocos los que entienden esto y lo tienen presente en sus vidas.
Son
muchos los musulmanes que, lamentablemente para ellos, descuidan el
cumplimiento de la oración fuera de Ramadán, por lo que hacemos un
llamado a todos estos hermanos para que mantengan el entusiasmo que se
apodera de ellos en Ramadán, el cual los motiva a que hagan las cinco
oraciones diarias en sus tiempos y hasta en la mezquita, para que una
vez termine este bendito mes, no se desanimen y vuelvan a la vida que
antes llevaban, de olvido de sus obligaciones para con Allah.
Dice el
Altísimo sobre aquellos que son perseverantes en la oración (lo que se
interpreta en español): {Y que realizan las oraciones prescritas. Éstos serán honrados con jardines [en el Paraíso].} [Corán 70:34 y 35]
Lo
mismo le decimos a todos aquellos que por meses abandonaron el Corán en
un estante
de sus casas, o lo relegaron a ser parte de la decoración de
la sala, pero que en Ramadán se han propuesto a leerlo todo o por lo
menos una gran parte, deben aprovechar el ánimo y el estado en el que se
encuentran para que hagan de la lectura del Corán algo constante en sus
vidas diarias, aunque no sea mucho lo que lean a diario, pues las obras
que más Ama Allah son las que se hacen con constancia, sin importar su
cantidad.
Quienes
se han dejado llevar por sus pasiones y han caído en las trampas del
pecado, están frente a una ocasión única en sus vidas. Vemos que los
fumadores son capaces de dejar el tabaco durante todo el día de ayuno,
unas 12 horas aproximadamente, lo que significa que, con un poco de
voluntad, serán capaces de dejar ese vicio.
Igual
sucede con el egoísta que se ha olvidado de los necesitados, en Ramadán
es la misma voz de su vientre, de su cansancio, de su hambre y sed, la
que le hace sentir las necesidades por las que mucha gente pasa todo el
año. Y no podemos dejar de mencionar a todos los que se dejan llevar por
la rabia y la ira, quienes no son capaces de controlarse y se deja
llevar por sus sentimientos negativos; en este mes sagrado aprenden el
valor y significado de la paciencia, y en su interior se evidencia el
significado de lo que el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, mencionó:“El fuerte no es el que vence a los hombres en la lucha, sino el que se controla cuando se enoja”.
Ramadán
es una oportunidad para cambiar nuestras vidas radicalmente,
encaminándola por la vía recta, la vía de Allah, y de esta manera
lograr alcanzar la felicidad en esta vida y en la del más allá.
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